A la hora de elegir la mejor opción para cerrar la ducha, las mamparas plegables y las correderas son dos de las alternativas más populares. Ambas ofrecen ventajas específicas según el tipo de baño y las necesidades de cada usuario. Conocer sus diferencias permitirá tomar una decisión informada para optimizar tanto la funcionalidad como el diseño del espacio.
Mamparas plegables: versatilidad y aprovechamiento del espacio
Las mamparas plegables son una excelente solución para baños pequeños o con distribuciones complicadas. Su sistema de apertura permite que las hojas se plieguen sobre sí mismas, reduciendo el espacio necesario para su funcionamiento. Esto las convierte en una alternativa ideal cuando no hay suficiente margen para puertas batientes o correderas.
Otra de sus ventajas es la accesibilidad. Al plegarse por completo, facilitan la entrada y salida de la ducha, lo que resulta especialmente útil para personas con movilidad reducida. Además, su instalación es sencilla y suele adaptarse bien a diferentes tipos de platos de ducha.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que las mamparas plegables pueden requerir más mantenimiento, ya que el sistema de bisagras y juntas de las hojas puede acumular suciedad y humedad con mayor facilidad. Asimismo, en algunos modelos, la estanqueidad no es tan alta como en las correderas, por lo que es recomendable optar por diseños de buena calidad para evitar filtraciones de agua.
Mamparas correderas: funcionalidad y estanqueidad
Por otro lado, las mamparas correderas son una opción muy demandada por su practicidad y capacidad para optimizar el espacio sin necesidad de una zona de apertura adicional. Sus puertas se deslizan sobre un sistema de guías o rodamientos, lo que las hace ideales para baños medianos o grandes donde se busca una solución estética y funcional.
Uno de los principales puntos a favor de las mamparas correderas es su alta estanqueidad, ya que el cierre hermético minimiza las filtraciones de agua fuera del área de ducha. Además, requieren menos mantenimiento en comparación con las plegables, ya que no tienen bisagras expuestas que puedan desgastarse con el tiempo.
Sin embargo, este tipo de mamparas necesita un buen sistema de rodamientos para garantizar un deslizamiento fluido y duradero. En algunos casos, si la guía inferior no se mantiene limpia, el mecanismo puede volverse menos eficiente, dificultando la apertura y cierre de la puerta. También, su instalación suele ser más compleja que la de las plegables, requiriendo mayor precisión en el montaje.
¡Elige la que mejor encaje con tu baño!
La elección entre mamparas plegables y correderas dependerá de factores como el tamaño del baño, la comodidad deseada y el presupuesto disponible. Para baños pequeños, donde el ahorro de espacio es prioritario, las mamparas plegables pueden ser la mejor opción. En cambio, si se busca una solución más estanca y con un mantenimiento más sencillo, las correderas resultan más convenientes.
Ambas opciones ofrecen ventajas interesantes, por lo que analizar las necesidades específicas del baño y el uso que se le dará a la ducha permitirá elegir la alternativa más adecuada.